sábado, 5 de septiembre de 2009

Una caja de ibuprofeno y a ti, por favor.

Últimamente los días se hacen eternos, los minutos parecen horas, las manillas de los relojes de casa se han quedado estancadas, y no, no es porque la casa más bien parezca una olla de agua hirviendo y todo movimiento haya quedado interrumpido por el sofocante calor, es más que nada por haberme vuelto a dejar toda la mierda del mundo mundial para septiembre y por lo cual me hallo más aburrida que el rey dando el discurso de navidad.
Aunque una gran parte del tiempo la pase delante de los apuntes, no significa que esté estudiando. Puedo estar divagando por mi mente, pintándome las uñas con los subrayadores de colorines que de tan poco me sirven, intentando con poco éxito deshacerme del improvisado pintauñas, coger los tirantes del sujetador, estirarlos y decir 15, soltarlos, 22, y así paso el rato.
Y de tanto hacer nada no veas el dolor de azotea que me está entrando, anda que me bajo a la farmacia a que me den drogas de las duras.
Después de que se me cuelen dos abuelos, llega mi turno. ¡Toma! Cómo está el nuevo farmacéutico.
-¿Qué te pongo?
Cachonda.
-Eh… una caja de ibuprofeno-y a ti-, por favor.
- ¿Cuatrosiento o seisiento?- y me lo dise con ese asento andalú.
¡Mil! ¡A mil me pones!
Y esas han sido las únicas palabras que hemos cruzado antes de salir cagando leches de la farmacia después de que me sonría amablemente, me desee un buen día y yo logre dominar unos impulsos irrefrenables de agarrarlo de la bata y decirle: un ungüento te hacía yo a base de mi fórmula magistral con el que te iba a cubrir cada centímetro de tu piel, salao.
Y ahora sí que me llaman las obligaciones, pero a gritos.

מרינה

5 comentarios:

María dijo...

Lo he leído tod de tirón. EL final de Agosto y el principio de Septiembre. Y sin el Panchito.
Ay, y ahora qué! Porque aunque fuera ya historia vieja algo había que tener en mente, aunque fuera mirarlo, por costumbre.
Aunque creo que el farmacéutico apunta maneras...aviso: cuidadito con los andaluces qué conocen muy bien la picaresca española

Marina dijo...

pues si chica algo habia que hacer, aunque ahora que he dejado el bar... me parece que una farmacia no es el sitio idela para matar las horas

María dijo...

Lo bueno sería tener a Frodo por allí para poder pasearlo

Mimí- Ana Rico dijo...

Divertidísimo, espero que nunca se desarrolle eso de la lectura mental, jejeje.

Marina dijo...

Mimí, que sepan lo que estás pensando es una putada, pero no me digas que no molaría un par de días al mes poder oir lo que la gente dice en su interior, sería rollo "en qué piensan las mujeres". Mola.