miércoles, 22 de abril de 2009

Capítulo 67.

Me cago en los astrónomos, árabes tenían que ser, que inventaron lo que ellos llamaron almanaque, en las matemáticas que nunca fueron mi punto fuerte y en mi ineptitud para la administración de mis bienes. Soy insolvente, y como me descuide también indigente.
Cualquier día voy a tener que echar mano de los comedores sociales. Tendré menos pinta de mendiga que los demás, pero también menos dinero en los bolsillos que los demás, que ya es decir.
No me puedo creer que después de cuatro años no haya aprendido a gestionar mi capital, ni tampoco a contar. Le echaría la culpa al calendario pero eso no va a hacer que me lluevan monedas del cielo, aunque uno de eso milagros bíblicos me vendría de perlas en estos crudos momentos.
La cosa es que no sé cómo podía estar tan empeñada en que este viernes ya era día uno, y mira que ayer sabía a qué a fecha estaba, por ello no entiendo que mi cabeza obviara todos esos números que van del 21 al 30 y empiezo a pensar que tengo un grave problema de amnesia matemática. Empezaré a aprender a vivir del aire que respiro, porque los cafés en la facul son sagrados, y con esta fortuna que tengo no puedo permitirme muchos excesos y, sospecho que la semana que viene hasta comer sea un síntoma de opulencia.
Hace cuatro años que los días 20 empezaron a ser final de mes, y este va a ser uno de los peores, estamos a día 22 y 22 euros exactamente es lo que queda en mi monedero. Malditas ironías de la vida, a ver cómo me las apaño yo ahora, pues me niego a volver otra vez a Oli con las orejas gachas y avergonzada por no saber controlarme, para decirle “eh… oye… ¿me prestas unas pelillas?”.

מרינה

1 comentario:

Manu MAÑERO dijo...

fin de mes? eso existe? yo pensaba q era un invento de los ricos jaja. siempre he dicho q la mejor manera q hay d no gastar dinero es no tenerlo. y asi me va :)