miércoles, 18 de febrero de 2009

Capítulo 20.

Después de cinco días ya me han quitado de en medio de la ventana de Omar la cortina tendida, que debía de estar ya tiesa, que poquita consideración, de verdad. Así que vuelvo a tener el campo visual libre de obstáculos. Menuda alegría, porque de vez en cuando ¡¡ayyyy Omar que rico sin camiseta!!
Me escondo en la oscuridad de mi terraza para echar un vistacillo, no está, pero no pierdo la esperanza de que salga en el último segundo, así que en vez de darme media vuelta y a otra cosa mariposa, voy dando pasos hacia atrás. Retrocedo, retrocedo, retrocedo, y finalmente acabo dándome un buen estacazo en la cabeza contra la pared. Calculo que entre las neuronas ocupadas en pensar en Omar, que son muchas, las que pierdo en los golpes provocados por Omar, y las que mueren a causa de los cubatazos de Martini solo que me meto en el cuerpo, me quedan ya muy pocas útiles para el resto de las actividades de la vida cotidiana. Me voy palpándome la cabeza, no ha sido para tanto, así que me alegro de no tener que lamentar daños mayores, como la última vez.
Me encontré a Omar en el bus y fuimos juntos por el camino a casa, cuando entré en mi portal estaba tan alterada, que al abrir el buzón, con la emoción del momento, no calculé bien la distancia entre la frente y la puerta de éste y… ¡drush! Menuda ostia más indigna, con la puerta del buzón, no me jodas. El resultado fue un chichón que me acompañó durante dos días, aunque menos mal que no fue de estos que van cambiando de color repasando toda la variedad de rojos, morados, verdes y amarillos.
Después del subidón de ayer me paso el día barajando la idea de proponerle salir mañana por la tarde si se dan las circunstancias adecuadas, es decir, que yo esté en la terraza, lo cual es seguro; que él salga al balcón, probable, que yo reúna las fuerzas necesarias para levantarme de la silla, abrir la ventana y proponerle algo, cabe la posibilidad, que me mande a tomar viento… no quiero ni pensarlo.

מרינה

2 comentarios:

Manu MAÑERO dijo...

sin comerlo ni beberlo me he perdido todos los capítulos anteriores, pensando que no actualizabas cuando en realidad era yo el torpe que no había añadido tu dirección a mi lista de favoritos... ¬¬ enfan...
leerte me hace evolucionar, digievolucionar más concretamente. filóloga de mi corazón

Marina dijo...

ayy hijo pues últimamente debes de ser el único corazón que ocupo!!por que el de otro.... un beso!