jueves, 5 de febrero de 2009

Capítulo 9.

Olalla, mi compañera de piso, me ha dicho que tengo delirios, otros, a parte de los que me provoca cierto personaje mencionado anteriormente, que todavía no se ha dignado a aparecer, unos tales llamados hipnopómpicos, y no relacionados con culos precisamente, si es lo que estabais pensando.
La historia es que un día estaba yo en mi cama, de esto que ya te estas quedando sopa, pero que todavía eres un poco consciente de lo que sucede a tu alrededor, estás pensando qué calentita estoy, sí, sí me duermooooo; y de repente “meeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee” un timbrazo en estéreo me hace levantarme de un salto de la cama muerta de miedo. ¿¡¡¡¡Madre mía del amor hermoso qué coño ha sido eso!!!!?
Enciendo la luz e inspecciono todo mi cuarto en busca de anomalías, estoy temblando del cague. Me intento tranquilizar diciéndome que es el timbre de casa, a pesar de que son las doce de la noche y nadie, en su sano juicio, llama a estas horas. ¡¡Pero si yo llevo tapones!!¡¡cómo va a ser el timbre si con ellos no oiría ni a unos punkis tocando en mi habitación!! ¡¡¡¡¡tengo un timbre dentro de mi cabeza!!!!! Como es muy tarde decido dejar de pensar, mañana será otro día y es probable que el timbre no vuelva a sonar, ya que lo ha hecho una vez en 22 años, sería lógico que no volviese a hacerlo en otros tantos, además seguro que tiene un explicación racional.
Y sí, la tiene, resulta que es como cuando parece que te caes al vacío, pues lo mismo, solo que a mí me suena un timbre dentro de la cabeza.

מרינה

1 comentario:

Yo misma dijo...

jajaja, alomejor si que era el timbre!
Te lo digo porque yo siempre duermo con tapones y siempre escucho todo..O será que no se ponermelos..XD