martes, 24 de febrero de 2009

Capítulo 24.

Decido ir a clase, estoy griposa perdida pero a esas horas de la mañana en las que todavía no rijo con claridad me debo de creer una super mujer que puede con todo. Cuanto más me alejo de casa por la calle más me arrepiento de haberme levantado de la cama. Que oye, cualquier otro día paso de ir a clase, pero hoy se me había metido en la mollera que iba y punto. Acabo rebozándome por toda la mesa de clase, porque no puedo ni con mi alma, y finalmente me quedo dormida en la cara de la profesora. Me encuentro tan mal que obligo a mis amigos a que me den un abrazo antes de irme a casa.
En el transcurso de la tarde me voy irritando poco a poco y acabo enfadada.
Enfadada con las partículas víricas que contiene el aire, que hacen que la gripe se propague a lo largo y ancho de la península llegando hasta mí y dejándome todo el santo día tirada como un trapo y haciendo que los tres metros que separan mi cama del sofá me parezcan los 100 metros lisos.
Me deja tan abatida que hasta dejo la partida del Trivial a mitad y permito que alguien me gane. Lo nunca visto, abandonar yo un juego. Que para otras cosas seré una cagona, pero en los juegos de mesa pongo toda la carne en el asador, saco las uñas si hace falta y no suelo asumir la derrota con buen talante. Si es que ganar a juegos es una de las mejores cosas del mundo, aunque también tener razón y sobre todo, decir después “te lo dije”.
Enfadada con Omar, porque albergaba la esperanza de que como me diste plantón el otro día te alcanzase para proponerme tú algo, y acabases llamando a mi timbre y preguntando por mí. Pero no me has venido a buscar, ni a acompañarme en mi enfermedad, y ya sé que tú no sabes que estoy malita, ya sé que no tiene sentido que piense eso, pero nadie me dijo que el amor fuese lógico.
Enfadada con el mundo, bueno, con parte él, pero sobre todo, enfadada conmigo misma. Me tranquilizo y me digo, bienaventurados los que no esperan nada, porque nunca serán defraudados. Pues ale, a ver si me aplico el cuento.

מרינה

1 comentario:

Manu MAÑERO dijo...

en efecto, me temo que esto se esta convirtiendo en nuestro messenger bloguero particular, lo cual es una pena porque suelo soltarme más "en privado". tengo el premio claro, solo queda que lo firme un notario y lo recojas. q no sabes loq es? ya te he dicho q me suelto más en privado...
interesante tu ultimo capitulo, particularmente tu ultima reflexion. el estoicismo es pleno...