sábado, 28 de marzo de 2009

Capítulo 51.

Llevo una semana preguntándome qué es lo que pasa con los hombres. Sí, qué pasa con vosotros. Estáis todos locos y pretendéis, aparentemente, que yo también llegue a tal estado.
Los que se habían alejado vuelven a acercarse, los que se habían acercado, misteriosamente se han alejado, y los que parecía que habían desaparecido de mi vida por siempre jamás han retornado, lo que confirma la teoría de que “el pasado siempre vuelve”, y suele ser el más vergonzoso.
Vuelve vía Messenger, vía tuenti o vía la que sea, pero vuelve. Mi pasado me pregunta que qué tal estoy, que qué es de mi vida, un pasado con el que poca relación tuve, pues tras el bochorno que pasé conseguí desvincularme rápidamente. Pero ésta vez decido no avergonzarme y ser cortés, darle un voto de confianza a ese pasado que quizás tampoco fue para tanto.
El que se alejó volvió a acercarse, sostengo la idea de que este chico no sabe ni lo que quiere, porque ahora resulta que Omar quiere que salgamos con él y su amigo el Parras a bailar. Ya no sé ni cuánto tiempo lleva interpretando el papel de soso del reino y, repentinamente, vuelve a su ser. La cuestión es ¿por qué precisamente ahora quieres ir a bailar? ¿Será la primavera que hace que tus hormonas se revolucionen y buscas solución con lo que más a mano tienes? Mira, guapo, a mí no me engañas, además, que no me veo para nada en un sitio de esos salsones que sueles frecuentar.
Y el que despareció misteriosamente, pues eso, que se lo tragó la tierra, se esfumó, se evaporó sin dejar rastro tras él, y sin ningún motivo aparente.
Incongruencias masculinas todas ellas que las féminas nunca comprenderemos y que, pensándolo bien, prefiero no hacerlo, por lo que me pueda encontrar.

מרינה

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